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Tiempo

El tiempo es mi amigo y mi enemigo.
A veces me ama, 
a veces me odia,
a veces me da la razón.

El tiempo me susurra al oído el lenguaje de la inspiración,
me dice la palabra exacta, 
el verso preciso, 
inesperadamente, me da en la yugular;
pero por momentos yo no quiero escucharle. 
Le doy la espalda,
me acomodo en los suaves laureles de mi rutina.

Y el grillo canta de noche en la cocina, 
y barre la escoba.
Tengo los ojos perdidos en algún infinito.

Mis manos resecas,
el trapo hacendoso, 
concentrado en esa mancha de grasa, 
en el polvo ligero..
Y el tiempo me sigue de cerca,
me pisa los talones, 
y yo no le hago caso...




Tiempo.


Mi bienamado tiempo
me ha zarandeado hasta el cansancio,
me ha dejado exhausta:
a veces satisfecha, 
a veces descontenta. 

Amante inconstante, 
Ése mismo que un día me ama,
al siguiente me desarma.

Ha dejado sus huellas despiadadas 
en mi carne lacerada.
Ha moldeado mi anatomía:
ha tensado unas partes de mi cuerpo,
ha aflojado la dureza de mi vientre. 
ha aumentado unas libras de más.
Ha hecho de mí una mujer promedio:
Ordinaria y pocas veces bonita,
Aguda pero no atractiva.

Ha dejado huellas negras por debajo de mis ojos, 
Ha quebrado mi columna deformada,
mis hombros caídos, 
mis pies cansados,
ha sembrado vellos de más en lugares de menos. 

El tiempo se ha servido de mi cuerpo
como tropa en tiempos de guerra, 
cual huracán arrasador, 
cual invierno siciliano;
Ha llegado, ha visto y ha vencido... 


Ese amante irregular
a quien alguien llamó tiempo, 
preparó la tierra de la que nació la semilla de mi ser.
Es él quien enreda y desenreda los hilos de mi destino. 





He ahí la razón.
Ésa es la razón por la que yo le amo. 



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