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'Bendita' era digital.....!!!!

En las calles, en algún parque, frente al mar; en el transporte público. A  cortas o grandes distancias… veo tanta gente ensimismada y pienso… ¿en que momento nos hemos deshumanizado? 
En que momento dejamos de admirar la belleza de afuera, el valor de una conversación frente a frente, con una taza de café… en un lugar tranquilo.

¿En qué momento reemplazamos lo asombroso del mundo exterior para meternos en el pequeño universo de la pantalla de un celular?

Me pregunto cómo sería si nuestros antepasados pudieran visitar nuestra era… si vieran nuestra forma de vida... ¿Sería éste un mundo en el que les gustaría vivir? No sé tú, pero yo sin dudarlo me daría media vuelta, y regresaría por donde vine.

Quizá suene extraño, pero éste mundo de “nativos digitales” no me gusta. De gente que vive sus días en torno a una máquina, un celular… del que dirán o no dirán por las redes sociales… es un mundo que definitivamente me gustaría reemplazar.

Haciéndole justicia diré que no todo es malo. Sin embargo creo que  tanta tecnología termina por escapársenos de las manos… ¡Hay vida más allá de tu celular! Con la Internet y todas sus redes no se termina todo. Hay mucho por ver, por caminar… por hablar, personas allá afuera por conocer.

Los celulares nos simplifican la vida, podemos tener mucha información que no imaginamos antes al alcance de la mano… y en el extremo más sencillo hasta te sirve para leer. Pero se puede vivir sin todo eso también… quizá costaría un poco, pero… no sería muy descabellado.

Para mi funcionaría.


¿Para ti?







Amigos...?


Existen los amigos “cotidianos”, los que inevitablemente  se colaron una vez  en algún trozo de tu vida. Aquí calzan perfectamente los ‘amigos’ de trabajo, universidad, escuela, etc. 

Los amigos “fugaces” son los que alguna vez fueron cotidianos, ésos que te llevas contigo cuando terminas una etapa y empiezas otra. A veces los ves, a veces no… tienen la capacidad de esfumarse de tu vida a la velocidad de un parpadeo;…y se pierden en la inmensidad del cielo. 

Existen los amigos que en realidad nunca fueron tus amigos; y pareciera que llevaran consigo la innata incapacidad para ser tus amigos: Llegaron a tu vida por un objetivo concreto, quizá un favor, un interés… un deseo más bien amoroso disfrazado de amistad, y una vez agotada toda esperanza, desaparecen sin más. Aunque algunos a paso lento, otros a paso rápido. 

… y muy lejos de los anteriores, se encuentran los amigos eternos, casi hermanos… raros como diamantes rosas; ésos que una vez descubiertos no quieres perder jamás. Y aunque el tiempo pase y la vida de miles y miles de giros, siempre los encuentras al doblar la esquina. Quizá no cuando la necesidad apremia, pero… ahí están. 


Hay días en que creo que he sido bendecida con los mejores amigos y hay otros en que siento que no tengo nada… que todos fueron como estrellas fugaces en la constelación de mi vida…  cuántos de ellos han quedado? ¿cuántos de ellos he conservado?…¿cuántos de ellos me han conservado al menos en su memoria?

¿Por cuántos de ellos existió cariño genuino?

 … y entonces viene la soledad, y la desolación se planta en mi puerta. Y no se va. 


Y vuelve la amarga certeza de que, de distintas maneras, estamos solos. Con gente o sin gente alrededor, pero siempre lo estamos. Como dijo un poeta alguna vez  Uno siempre está solo, pero a veces está más solo.

Y no te queda mas nada que tu mismo...