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"Memento mori": detrás de la extraña costumbre de los retratos mortuorios.

Todo empezó ayer, cuando varios de los chicos vinieron a la biblioteca a solicitar unos libros de personajes históricos de más o menos los siglos XV al XX ..Solo en ese momento caí en la cuenta de que también podía encontrar documentación de esta naturaleza aun en una biblioteca donde el tema predominante es la medicina.
Por curiosidad, comencé hojeando el primer tomo, y asi sin querer termine pasando por gran parte de los casi 20 tomos que tiene este diccionario histórico; y entonces, me tope con uno de los asuntos por los que siempre he tenido particular inclinación (lo he comentado a muchos amigos: si no me dedicase a lo que me dedico, quizá hubiera optado por estudiar historia) .. historia virreinal, republicana, las costumbres de nuestros compatriotas –y no tan compatriotas-, de personas que vivieron en siglos pasados.. de sus costumbres, su forma de ver la vida y la realidad que les rodeaba… nadie puede imaginar esa sensación de transportarse en el tiempo que puede sentirse! Y más aun si vemos todo ese cúmulo de historia inmortalizado en un retrato, en un daguerrotipo.. una fotografía.  De estas últimas encontré abundancia en los tomos que revise. En su mayor parte, pertenecientes al archivo Courret.
Para los que no tienen conocimiento de ello, los hermanos Courret (franceses)  pueden ser tomados como los “pioneros” de la fotografía en nuestro país, especialmente en la capital, Lima, donde sentaron su casa fotográfica por el año 1863. Aunque el tiempo de su permanencia fue relativamente corto (alrededor de  60 años) debido a la crisis económica que se atravesó en esa época por la caída del gobierno de Leguía, dejaron a su paso uno de los más grandes archivos fotográficos («4662 paquetes con un promedios de 25 placas de vidrio en cada uno (…)») que han guardado para siempre millares de historias, sucesos, acontecimientos… memorias personales y colectivas.

He caminado incontables veces por el Jirón de la Unión (lugar donde se encuentra hoy el desmantelado estudio convertido en una tienda de ropa) mirando -no sin algo de tristeza por el pasado que no viví la curiosa estructura del edificio, hoy (como ayer) pintado de amarillo “Fotografía Central” … y me preguntaba, … que mas? Que mas aparte de lo poco que  mi curiosidad por el pasado me ha llevado a conocer se escondió detrás de esos muros? .
Era momento de informarse más!, así me sumergí en el inmenso mar del internet, y buscando, sin querer.. me encontré con algo más sugestivo que retratos de gentes pasadas, vestidas como muñecos en el blanco y negro de una “tecnología” ultra moderna para aquel tiempo..   

“Fotografía post mortem”, “Memento mori”, “retratos mortuorios” … seguramente que más de uno de nosotros ha escuchado alguna vez algún retazo respecto a esta extraña practica realizada por personas del pasado… sin ir tan lejos, dentro de nuestra propia familia… algunas generaciones  atrás. Recuerdo haber escuchado a mi abuela en alguna ocasión hablar de estas cosas.. También el haber vivido una experiencia a propósito de esto.. varios años atrás, mientras realizada por enésima vez una limpieza fugaz en el armario de mi grupo de catequesis, en una pequeña y empolvada habitación que nos fue designada en un ala del viejo convento al que pertenecí:  en medio del desorden general, varias cajas apiladas de recuerdos de los muchos religiosos que pasaron por ahí a lo largo de los años. Tengo en mi memoria la de uno en especial: libros, cartas, estampitas, anteojos de vidrio grandes y pesados, fotografías de sus viajes, misiones, familiares.. y de su propio entierro. Fue una de las experiencias más extrañas y sobrecogedoras que he vivido en mis 21 años sobre este mundo.
(Si nos damos el tiempo de navegar unos minutos por la Web, nos encontraremos con infinidad de información al respecto, por ello, la intención de este post no es cansarte, ni atiborrarte de información que fácilmente podrías encontrar en “n” espacios.)

¿Cómo? ¿Qué es lo que hacía que, alguien como tú, como yo.. como nuestras madres, padres, tíos, primos, amigos, conocidos.. quisieran de repente “inmortalizar” de esa forma a personas que, aunque queridas, estaban fuera ya de toda vida? .. Es increíble.
Mientras más veía más quería ver… y así fui saltando de página en página.. mirando -no sin algo de escalofríoslas imágenes de niños, niñas, bebes.. mujeres, varones. .. todos muertos, unos con apariencia más “viva” que otros (habían tres tendencias en estas extrañas fotografías: las que le daban al cadáver apariencia de estar vivo, las que le hacían parecer solo dormido, y las que mostraban en pleno que el sujeto estaba muerto, y el ambiente mismo en todo su esplendor fúnebre) , pero al fin y al cabo todos muertos.

Me pregunto, en el contexto de hoy... en que la fotografía abunda a diestro y siniestro y la mayor parte de nosotros, personas económicamente “normales”  tenemos el acceso a una cámara de fotos; si nos atreveríamos a retratar a una persona querida en una situación así… particularmente yo no lo haría. Y he podido comprobar que esta es opinión general. Cuando sufrimos la pérdida de un ser amado, con la muerte exhalando por sus poros, sintiendo el frio, la rigidez, la palidez de un cadáver… Definitivante, sea por donde sea que lo vea, esa idea no encuentra espacio en mi cabeza. Creo que si nuestro deseo es inmortalizar a una persona amada que físicamente ya no está, existen otras miles de maneras más “convencionales”, tranquilas.. y menos dolorosas de hacerlo.
Sin embargo, no juzguemos a nuestros antepasados.. No los veamos como si se tratase de seres raros, de costumbres extravagantes… esto fue algo que realizaron porque simplemente lo creyeron correcto, acorde con su tiempo, y por que posiblemente no tuvieron otra opción: un retrato representaba un lujo al que solo podían tener acceso las altas clases..   Probablemente, si hubiesen tenido acceso a todas las facilidades que ofrecen hoy en día las cámaras digitales, celulares y demás, no hubieran optado por elección tan inquietante.. y hubiesen podido guardar un recuerdo en vida de aquellos a quienes tanto amaron, para así hacer menos doloroso su dolor, la sensación de la perdida irrecuperable.


 Cuando la vida y la muerte se entremezclan en una sola imagen.













Aunque resulte dificil de creer, la niña que esta de pie, vestida de negro, es la fallecida. Notese la posición de las manos.  







                          

Madre con su niña muerta en brazos.

Para darle cierto halo de "vida" a los retratos de los fallecidos. Era costumbre colocar junto a ellos sus objetos o juguetes favoritos, como se observa en este caso. 







Todo lo que aquí he escrito es mi entera opinión particular, sea la tuya parecida u opuesta a la mía, está bien. Es bueno que pensemos diferente.


PD: No he querido incluir mas fotografías por temor a herir las susceptibilidades de alguno de los lectores, pero si aun te has quedado con la “espinita” de conocer mas respecto a este tema, dejo a tu disposición algunos de los enlaces que me parecieron ser mas convincentes: