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Si estuvieras...



Si recuperara mi capacidad para soñar, construiría un mundo a nuestra medida. 
Una vida llena de abrazos, caricias… una existencia tranquila donde pudiésemos ser nosotros mismos: 
Tú con tu afición a los postres y la filosofía; 
yo con mi locura por las novelas y mi obsesión por las fantasías. 
Un espacio perfecto en que pudieras ser enteramente tú y yo pudiera amar cada parte de lo que eres.

Crearía a pulso de letras una historia para nosotros, 
te leería mis libros favoritos y tú me adorarías con esos ojos tuyos tan dulces como el chocolate mientras 
deslizas una y otra vez tus largos dedos entre las olas de mi cabello suelto. 
Vivirías conmigo la noche y el día. 
Compartiría tus alegrías y decepciones, 
grabaría a fuego en mi alma cada episodio de tu vida.  
Conocerías de mis esperanzas y mis miedos más profundos. 

Memorizaría cada detalle de ti: 
la manera en la que frunces el ceño cuando estás concentrado, 
el contorno de tus labios y la textura de tus manos; 
o esa marca de nacimiento que crees que te hace imperfecto,  
aunque para mí sea el milagro más perfecto.

Si la vida fuera un sueño y yo pudiera hacer mis sueños realidad, 
entretejería tu vida en cada hebra de la mía para quedarnos enredados…  
demasiado liados para intentar separarnos jamás.