Deben de haber días en que, en algún rincón del mundo,
alguien se siente como enfermo desahuciado.
Días en que alguien se siente al borde mismo
de la muerte y el desamparo.
Alguien que se siente solo.
Abandonado en el manglar del delirio descubierto por Gabo.
Alguien con deseo de extinguirse.
Alguien con ganas ardientes de extraerse los ojos,
de borrarse la mente,
de cauterizarse el corazón.
Alguien en el mundo debe existir que sienta la misma pena interminable que yo.
Alguien cansado de amar,
de odiar,
De respirar.
Un soldado cansado de la guerra en tierra arrasada,
Un valiente que se rebele ante la lucha vana contra la corriente.
Alguien que necesite el calor de un abrazo,
Alguien desesperado por protección.
Alguien que tenga el pecho de plomo derretido.
Alguien que no quiera sentir nada,
alguien que no pueda sentir más,
alguien que ya no pueda más.
Debe haber alguien en el mundo que se sienta así,
desgraciado… como yo.
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