"Lo que soy ahora"
15:00.
Te reirías si me vieras ahora! … ¿o quizá no?. He
empezado el día con un síntoma desagradable –pero normal- en mi organismo: el
periodo. Maldita sea! … duele, duele demasiado… es difícil trabajar sintiendo
el dolor intenso, casi como soportar el peso de una piedra dentro de mí!.
Aunque vivas rodeado de mujeres, estoy segura que no lo entiendes del todo… tendría
que pasarte para que lo entendieras; y como eso no sucederá (por más que las
mujeres queramos que lo experimenten al menos por una vez) ..no hay forma!.
Oye! …no sé si es casualidad, pero justo ahora, mientras
te escribo, están pasando por la radio esa canción que me dedicaste… ¿te
acuerdas? “Te estaré escuchando aunque no te pueda ver”, ¡vaya!.. no puedes
imaginarte todos los recuerdos que está trayendo a mi mente, justo ahora (en el
lugar menos indicado.. pero qué más da!). Siempre me pasa algo peculiar cuando
pienso en ti… y es que siento como una especie de angustia… sí, una dulce
angustia que me provoca salir a buscarte, donde quiera que te encuentres; o
hacer algo descabellado, como ir hasta el museo y preguntarle a Fr. Ernesto por
ti… puedo imaginar su cara de “¿y a esta mocosa igualada que le picó?” jajajaja
¡quizá y hasta me bota!... Por suerte solo es algo que imagino, nunca lo haría,
creo que soy un poco cobarde para eso… y él siempre me ha causado miedo, y un
poco de antipatía… ¡así que ni hablar!, no hay forma amigo. =)
Mientras intentaba concentrarme en mi trabajo de ésta mañana,
vino a mi mente una idea...
Suelo creer que cada persona, indistintamente del
lugar donde se encuentre, ha nacido predestinada para hacer algo determinado.
Sin embargo, cuando van pasando los años, la misma vida, el contexto y las
circunstancias hace que vayan perdiendo su rumbo y terminen por un camino
diferente, convenciéndose de que es el correcto. Pero luego de un tiempo se dan
cuenta que escogieron la opción equivocada, se reencuentran con su verdadera pasión
y entonces sienten el deseo frenético de guiarse por ella… pero ya es demasiado
tarde, o se han imprimado tanto con sus actividades del camino equivocado que les
es difícil desprenderse de éste para empezar todo de nuevo, desde cero… y eso les
causa mucha frustración, luchas internas, infelicidad…
El lado bueno es que a pesar de todo, una parte de ellas
buscan la manera de acomodar su mundo actual acorde con su pasión… y eso les
ayuda a mitigar la frustración; aparece la esperanza de que aún existe la oportunidad…
llegan a realizar sus sueños y son felices; mientras la otra parte simplemente sucumbe
en el intento de acoplar sus pasiones a su vida diaria.
Yo me encuentro en una especie de transición, entre el
segundo y el primer grupo de personas... en algún momento de mi vida llegue a
pensar que todo estaba perdido, y que jamás lograría acoplar mi vida tal y como
es ahora a lo que quise que sea siempre: vivir en un mundo que se encuentre entre
lo celestial y lo terrenal; ser arqueóloga y bailar ballet y flamenco al
mismo tiempo, bibliotecaria, cuenta cuentos en pequeños pueblos y cantante,
actriz y voluntaria; ser parte del cuerpo de bomberos y aventurera que viaja
por el mundo.. a los lugares más recónditos. Vivir en el tumulto de una ciudad
extraña o alejada de su caos… en las montañas, en una casa pequeña y acogedora,
en una tarde de nieve frente a una chimenea, con un buen libro y una taza de
chocolate caliente, contemplar una puesta de sol o una noche estrellada en el
mar… estar en todos los lugares y ser todas las personas a la vez!. Pero ahora,
después de un trabajo constante que ocupa hasta el momento una gran parte de mi
esfuerzo físico y emocional, sé que es posible… que puedo lograrlo, y que de
hecho, lo estoy haciendo poquito a poco..
Me encantaría que pudieses compartir estas cosas
conmigo; estar sentados en este preciso momento en cualquier rincón del Centro
charlando de esto; compartir nuestras ideas, escuchar tus puntos de vista, tus
consejos… y saber si es que tú también estás haciendo lo propio para acoplar tu
vida a tus sueños. Dímelo en algún momento, cuando quieras, donde quieras… en
el instante en el que mejor te parezca.
Terminaré con el mismo trozo de canción que en algún
momento me dijiste tu a mí, y con la que empecé esta carta para ti “Te estaré escuchando aunque no te pueda ver”.
Abrazos gigantes, infinitos y sinceros. Que en lo que
queda del día te vaya genial.
Te quiero.
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