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Tú, yo y mi soledad.



Hoy quiero caminar las mismas calles que caminaste. 
Llegar a ese mismo café, sentarme en la misma mesa 
y contemplar el exterior del que alguna vez fuiste parte. 

Hoy quiero repasar esa misma calle, 
aunque no vaya a encontrarte; 
sentirte cerca y dejarme acariciar por tus recuerdos, 
que le hagas compañía a mi soledad. 
La misma soledad de ayer y anteayer…  
esa que, aunque por periodos diga abandonarme, 
siempre regresa. 
Eterna acompañante de mis pasos extraviados 
en el laberíntico ritmo del tiempo, 
sin hallar su destino final. 

Hoy, déjame soñar… 
déjame creer que, 
en la oscuridad de mis párpados cerrados, 
aun te puedo encontrar, 
y caminar de tu mano una vez más.

Camina conmigo mis pasos solitarios 
y dime que es preciso emprender la marcha, 
volver a empezar. 

Sin rendirme. 

Dame tu soplo de vida y repítele a mi espíritu terco 
que no hay gloria sin batalla. 
Que la esperanza no está perdida. 

Tú, yo y mi soledad. 

Ven...
Hazme creer en la posibilidad de lo imposible una vez más.
Un día más.  

1 comentario:

  1. Caminar por las mismas calles del Centro, tres, cuatro veces. Seguir buscando y de pronto, sientes que las fuerzas te abandonan. La voluntad te abandona. Dejas de pensar poco a poco en el plan para revivir ese recuerdo. Luego te das cuenta. Hay un "algo" que no comprendes, y regresas al mismo café por la noche a buscar la más mínima pista.

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