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Post-operatorio



Entre días de hospital y anestesia,
de sondas y analgésicos cada tres horas;
te he perdido, corazón.


Te he perdido por alguno de los laberintos de mi consciencia 
y no consigo dar con el camino de regreso. 

Pero te necesito.

Mis letras y yo te añoramos con desesperación.
Para ser salvadas de éstos días llenos de dolor postoperatorio y terrores por las noches.
De angustia e inutilidad.  
De días de confinamiento en mi inmovilidad temporal. 
Atrapada en un cuerpo que no siento mío.

Deshumanizada. 

Te necesito para soportar la prisión de mis dolores. 
Para sentir que, sino a mi cuerpo, puedes darle a mi alma libertad.

Del adormecimiento lumbar y sofocante calor, 
De las -malditas- almohadas mullidas.
De los baños asistidos y mareos continuos.
Del cansancio emocional y el orgullo oxidado. 
De la cama al sillón y del sillón a la cama. 

Necesito tenerte cerca de mí para sentirme yo otra vez. 
Para volver a ser ése mortal feliz en que me convertí desde que te conocí. 
Para ser lo que soy porque tengo consciencia de tu existencia. 

Vuelve a mí. 

Toma posesión de mi ser otra vez. 
Apodérate de mis letras, de mi cuerpo y de mi alma… toda yo.
Para sobrellevar el dolor que sigo soportando.

Regresa, por lo que más quieras,  

Sin ti soy un cascarón vacío,
una sombra sin alma, 
un fruto sin semilla. 
Un cuerpo sin corazón. 

Regresa, corazón. 


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